Quisiera compartir con uds. el siguiente artículo, donde se aclara que quienes no estamos a favor de las Megarepresas, no estamos en contra de la hidroelectricidad:
Por Patricio Segura Ortiz (*)
Por Patricio Segura Ortiz (*)
El sábado pasado, La Tercera publicó un artículo que casi pasó inadvertido. El Centro de Encuestas de dicho medio de comunicación realizó un estudio sobre los mecanismos de generación de energía a los que el país debiera dar preferencia.
Dice la nota:
La encuesta arroja que la opinión mayoritaria es afín al discurso que promueven los grupos ambientalistas. Así, ante la pregunta de a qué mecanismo de generación de energía el país debe dar preferencia, un 80 % es partidario de energías limpias y no tradicionales, como eólica (un 37 %), solar (un 36 %) y geotérmica (un 7 %). En cambio, sólo un 8 % menciona energía hidroeléctrica y sólo un 3 %, termoeléctrica. Los encuestados mantienen esta posición, aunque se les mencionen posibles cortes de suministros o alzas en las cuentas de electricidad. Y en nuclear, dice la nota, hubo un cambio drástico. Un 22% es favorable a construir una central de este tipo en Chile y un 74% rechaza la idea. El 2006, cuando se abrió el debate en Chile sobre este tipo de energía un 55% la apoyaba.
Realmente es bastante extraño, y preocupante, que en un país donde el agua es tan abundante, la hidroelectricidad aparezca con tan poco apoyo, sólo unos puntos más arriba de la cuestionada termoelectricidad.
Pero hay un hecho concreto que ha ayudado a que la hidroelectricidad en general tenga tan poco respaldo. Y esto es la majadería con que los impulsores de HidroAysén y Energía Austral y los medios de comunicación, cuando se refieren a estos proyectos, hablan genéricamente de hidroelectricidad. Casi nunca mencionan la palabra represas, ni menos muros ni inundaciones, bajándole automáticamente, mediante el discurso, el perfil a los impactos de sus mega proyectos.
Porque hay algo que es necesario entender. La movilización que ya lleva varios años desarrollándose se llama Patagonia sin Represas, no Patagonia ni Chile sin hidroelectricidad. Porque siempre se ha entendido que la energía generada mediante agua es una muy buena alternativa para el país, pero a escalas adecuadas, sin destruir cuencas hidrográficas. En lugares adecuados, no en territorios de excepción.
Ha sido tanta la persistencia de estas empresas en homologar el impacto de sus proyectos al de cualquier mini central hidroeléctrica, que lograron que los chilenos ya casi no quieran esta fuente, que bien manejada es positiva. Buen manejo que no calza con represas y muros de entre 60 y 90 metros en múltiples ríos de una de las regiones más hermosas del territorio nacional.
(*) Periodista Coalición ARV y Campaña Patagonia sin Represas
Fuente: Radio SantaMaria
Pueden leer el articulo completo AQUI
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