Me tomo la libertad de simplememte dar a conocer a uds. un extracto del diario El Divisadero, en el cual el Sr. Juan Pablo Orrego, Ecólogo Presidente de Ecosistemas, Coordinador Internacional Consejo de Defensa de la Patagonia, realiza una interesante evaluación de la gestión ambiental efectuada por el gobierno a la fecha:
En el mundo, en los ámbitos técnicos más avanzados, la discusión energética ya no es respecto a qué fuente convencional compite con otra, sino a la necesidad imperiosa de hacer las cosas radicalmente diferentes, como se han hecho durante las últimas décadas con consecuencias desastrosas. El nuevo diseño comienza con la eficiencia, el ahorro y la conservación de la energía, y luego busca acercar la generación al consumo, casi a nivel de cada industria, establecimiento, edificio y hogar, disminuyendo significativamente el tamaño de las líneas de transmisión, así como utilizando soluciones locales, idealmente con sistemas híbridos que combinan en forma extremadamente inteligente las distintas fuentes renovables no-convencionales. Es increíble, retrógrado y sospechoso que en Chile, en el siglo XXI, se sigan planteando proyectos como HidroAysén, y el uso masivo de carbón. Esto solo se explica por la carencia de una política energética nacional y un desarrollo energético entregado al implacable mercado e impulsado exclusivamente por la lógica del negocio privado. Es imperativo transitar a una lógica orientada por el bien común y la sustentabilidad ambiental. Se trata de un cambio de paradigma insoslayable.
En el mundo, en los ámbitos técnicos más avanzados, la discusión energética ya no es respecto a qué fuente convencional compite con otra, sino a la necesidad imperiosa de hacer las cosas radicalmente diferentes, como se han hecho durante las últimas décadas con consecuencias desastrosas. El nuevo diseño comienza con la eficiencia, el ahorro y la conservación de la energía, y luego busca acercar la generación al consumo, casi a nivel de cada industria, establecimiento, edificio y hogar, disminuyendo significativamente el tamaño de las líneas de transmisión, así como utilizando soluciones locales, idealmente con sistemas híbridos que combinan en forma extremadamente inteligente las distintas fuentes renovables no-convencionales. Es increíble, retrógrado y sospechoso que en Chile, en el siglo XXI, se sigan planteando proyectos como HidroAysén, y el uso masivo de carbón. Esto solo se explica por la carencia de una política energética nacional y un desarrollo energético entregado al implacable mercado e impulsado exclusivamente por la lógica del negocio privado. Es imperativo transitar a una lógica orientada por el bien común y la sustentabilidad ambiental. Se trata de un cambio de paradigma insoslayable.
Para leer en artículo completo: EL DIVISADERO
Da para detererse a reflexionar...
...definitivamente es, por decirlo menos, "inquietante", que se vea todo con ojos de negocio...todo traducido a $$$$. Ojala el 2011, no tengamos que lamentar la aprobación de ningún proyecto abominable.
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