El trabajo interno requiere esfuerzos dolorosos que muchos no están dispuestos a efectuar. Corregir las desviaciones de nuestros pensamientos, emociones y deseos, requiere una dedicación constante. Algunos seres, por pereza o por miedo a enfrentar sus propios fantasmas y hábitos negativos, antes de ayudarse a ellos mismos quieren ayudar a los otros. ¿Qué ayuda pueden dar con una mente contaminada?.. También, en tanto que colectividad, por muy necesitados que estemos, debemos verificar cuidadosamente quién es el organismo o país que nos ofrece su ayuda en forma de préstamo. Tal vez por aceptar lo que “generosamente” nos otorga, a causa de la deuda seamos explotados -darle en pago nuestros productos a precios ridículos- y además atrapar su sistema sarnoso. Un sano mendrugo de pan vale más que un aromático guiso envenenado.
Alejandro Jodorowsky